Caminata de fe al Monasterio de Lourdes reúne a más de 2000 peregrinos desde San Miguel

Como cada año, la fe volvió a movilizar a cientos de personas en el tradicional peregrinaje hacia el Monasterio de Lourdes, ubicado en el cantón San Miguel de Bolívar. La caminata inició en la madrugada de este sábado, 31 de mayo, a las 4:00 a.m., desde el mismo cantón San Miguel, y reunió a más de 2000 peregrinos, quienes, impulsados por su devoción mariana, emprendieron el recorrido con cantos, rezos y profunda fe.

Desde las primeras horas del día, las calles de San Miguel se llenaron de familias, jóvenes, adultos mayores y niños que, sin importar el frío de la madrugada, caminaron unidos con un mismo propósito: llegar ante los pies de la Virgen de Lourdes para depositar sus súplicas y agradecimientos. A lo largo del camino, se vivieron momentos de oración comunitaria, cantos religiosos y reflexiones guiadas por agentes pastorales.

Una vez en el monasterio, los fieles se dirigieron a la gruta de la Virgen, donde en silencio o en voz alta elevaron sus intenciones y oraciones. Muchos se acercaron de rodillas, con lágrimas en los ojos, mientras dejaban cartas, flores y velas como ofrendas a la Madre de Dios. El ambiente de recogimiento y fervor fue notable, dando testimonio de una fe viva que trasciende generaciones.

A las 9:00 a.m., se celebró la Santa Misa campal en los exteriores del monasterio, presidida por monseñor Hermenegildo Torres Asanza, obispo de Guaranda. Concelebraron con él el padre Fabián Lema Cuji, párroco y capellán del monasterio, y el diácono Andrés Felipe Jaramillo Correa, quien además sirve como canciller diocesano. En su homilía, el obispo destacó la importancia de la peregrinación como expresión del pueblo creyente que camina unido hacia Dios, y resaltó la figura de María como madre y modelo de esperanza.

“Venir aquí no es solo una tradición, sino una manifestación de fe que se renueva cada año. En este caminar juntos encontramos consuelo, fortaleza y renovación espiritual”, expresó monseñor Torres ante los fieles.

Las hermanas Clarisas del Monasterio de Lourdes, custodias del recinto y fervientes intercesoras en la oración contemplativa, manifestaron su alegría y agradecimiento por la masiva presencia de fieles.

“Ver a tantos peregrinos llegar con fe, luego de caminar horas, es una bendición para nosotras. Oramos por cada uno de ellos y sus familias”, comentó una de las religiosas.

Al finalizar la jornada, muchos aprovecharon para confesarse, encender una vela o simplemente permanecer unos minutos en silencio, contemplando la imagen de la Virgen. La peregrinación concluyó con un ambiente de paz, esperanza y comunión, dejando en el corazón de los asistentes el deseo de volver el próximo año a este encuentro con la Madre del Cielo.