En el marco de la Solemnidad de la Santísima Trinidad, se vivió una significativa celebración en la Santa Iglesia Catedral de Guaranda, donde numerosos fieles recibieron el sacramento de la Confirmación. La Santa Misa fue presidida por el obispo de la Diócesis de Guaranda, Mons. Hermenegildo Torres Asanza, quien impartió el don del Espíritu Santo a jóvenes y adultos provenientes de dos comunidades eclesiales: la Parroquia San Pedro de Guaranda y la Cuasi Parroquia La Resurrección.
Esta celebración, profundamente marcada por la espiritualidad trinitaria, constituyó un momento de gracia para las parroquias involucradas, que han acompañado con dedicación el proceso de preparación catequética de los confirmandos. Desde meses atrás, los candidatos al sacramento han sido guiados por catequistas comprometidos y apoyados por sus familias y comunidades parroquiales, culminando hoy con la efusión del Espíritu Santo sobre ellos.
Durante su homilía, Monseñor Hermenegildo destacó el profundo significado del misterio de la Santísima Trinidad como expresión suprema del amor y la comunión divina. Invitó a los nuevos confirmados a vivir su fe con madurez, compromiso y apertura a la acción del Espíritu Santo en sus vidas.
“Hoy reciben el don del Espíritu para ser testigos valientes del Evangelio. No tengan miedo de vivir como cristianos, el mundo necesita jóvenes con fe firme y corazón generoso”, expresó el obispo, dirigiéndose directamente a los confirmandos.
La celebración eucarística se vivió con gran fervor, y al finalizar, el pastor diocesano agradeció a los sacerdotes, catequistas, familias y comunidades que han acompañado con entrega el camino espiritual de los confirmandos. Asimismo, animó a todos los presentes a seguir profundizando en su fe y a mantenerse firmes en la comunión eclesial.
Esta jornada festiva no solo fue una expresión de la vida sacramental de la Iglesia, sino también un testimonio de esperanza y renovación en el seno de la Diócesis de Guaranda. Que la acción del Espíritu Santo siga dando frutos abundantes en nuestras comunidades, fortaleciendo la unidad, la fe y el compromiso misionero.
Caminando juntos, para hacer de nuestra diócesis, un signo de la presencia de Dios.
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