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Vigilia de Pentecostés: los jóvenes de la parroquia San Vicente Ferrer vivieron una noche de oración y encuentro con el Espíritu Santo

78eda703 cfe4 4b38 8e0e 9a74068b70ed - Diócesis de Guaranda

El pasado sábado por la noche, la parroquia San Vicente Ferrer de Guaranda se llenó de vida, luz y oración con la celebración de la Vigilia de Pentecostés, organizada por la comunidad parroquial y guiada por su párroco, el Padre William Barragán.

Este espacio espiritual reunió a un numeroso grupo de jóvenes de la parroquia, quienes respondieron con entusiasmo a la invitación para prepararse, juntos, para la venida del Espíritu Santo. La celebración, realizada en el templo parroquial, fue un momento profundo de adoración, reflexión, cantos y oración comunitaria, que permitió a los presentes renovar su fe y su compromiso con la Iglesia.

La vigilia se desarrolló en varias etapas, inspiradas en los textos bíblicos y en los dones del Espíritu Santo. Se vivieron momentos de silencio contemplativo, dinámicas de invocación al Espíritu, lecturas de la Palabra, meditaciones dirigidas por el Padre William y cantos animados por los propios jóvenes. La presencia de velas encendidas simbolizó la espera vigilante y la luz que el Espíritu trae a la vida cristiana.

El Padre William, en su mensaje central, animó a los asistentes a abrir sus corazones con fe y valentía:

“Hoy somos como los discípulos reunidos en el cenáculo. Esperamos con alegría la fuerza del Espíritu que nos renueva y nos envía. Que esta vigilia no sea solo un momento bonito, sino el inicio de una vida cristiana más comprometida y luminosa”, expresó con fuerza.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la adoración al Santísimo Sacramento, durante la cual se oró en silencio por las familias, por los enfermos, por los jóvenes de la parroquia y por toda la Iglesia. También se elevaron plegarias para que los dones del Espíritu Santo fecunden los corazones de todos los presentes: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

La vigilia concluyó con un gesto simbólico de envío misionero, en el que se entregaron pequeñas llamas de papel a los jóvenes como signo del fuego del Espíritu que deben llevar a sus comunidades, familias y espacios cotidianos.

Con esta celebración, la comunidad de San Vicente Ferrer vivió un Pentecostés lleno de esperanza y juventud, recordando que el Espíritu Santo sigue actuando en la Iglesia de hoy, suscitando alegría, fraternidad y compromiso en las nuevas generaciones.

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