El 7 de junio, la parroquia de Caluma se llenó de alegría y devoción con la llegada de la imagen de la Virgen de El Cisne. Este significativo evento marcó el inicio de una peregrinación que fortaleció la fe y la unidad entre los fieles.
La Virgen de El Cisne, conocida cariñosamente como La Churonita, viajó desde su santuario de Loja acompañada del Padre Sócrates Chinchay, Rector del Santuario de El Cisne, y su respectiva seguridad, asegurando un traslado seguro y digno de tan venerada imagen.
La travesía incluyó un descenso por el Torneado hasta Montalvo, donde la Virgen fue recibida con gran entusiasmo. En Montalvo, la Churonita visitó el Monasterio Católico Nuestra Señora de la Eucaristía, marcando un momento de oración y recogimiento.
Posteriormente, una caravana de motos y carros escoltó a la Virgen hacia Caluma, donde una solemne Eucaristía fue presidida por Mons. Hermenegildo Torres Asanza, Obispo de Guaranda. La ceremonia contó con la presencia de varios sacerdotes de la diócesis, el diácono y todos los seminaristas, además de la emotiva participación del Coro Diocesano. Mons. Hermenegildo Torres, en su homilía, expresó: «Hoy, con gran alegría, recibimos a la Virgen de El Cisne en nuestra diócesis. Que su presencia entre nosotros renueve nuestra fe y nos llene de esperanza.»
El Padre Sócrates Chinchay, acompañante de la Virgen, también dirigió unas palabras a los presentes, resaltando la importancia de la devoción mariana y la unión de la comunidad en torno a la fe. «La Virgen de El Cisne nos llama a la oración, a la conversión y a la solidaridad. Que su visita sea una bendición para todos nosotros», dijo.
Una gran multitud se congregó para ver a la Virgen, muchos con lágrimas en los ojos como muestra de agradecimiento y devoción. El ambiente estaba cargado de emoción y fervor, reflejando el profundo amor que los fieles sienten por la Churonita.
La llegada de la Virgen de El Cisne a la Diócesis de Guaranda es un evento de gran relevancia espiritual, y su peregrinación continuará por otras comunidades, llevando bendiciones y renovando la fe de todos los devotos.
Caminando juntos, para hacer de nuestra diócesis, un signo de la presencia de Dios.
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