El martes 16 de julio, la comunidad del cantón de Echeandía se reunió con fervor y devoción para celebrar la festividad de Nuestra Señora del Carmen. La celebración principal, una solemne misa nocturna, fue presidida por el Padre Luis Veloz, quien guio a los fieles en una noche llena de espiritualidad y fe.
La misa, que se llevó a cabo en la iglesia principal del cantón, comenzó con una procesión de entrada encabezada por el Padre Veloz. Los feligreses, portando velas y flores, siguieron al sacerdote mientras entonaban cánticos en honor a la Virgen del Carmen. Durante su homilía, el Padre Veloz resaltó la importancia de esta festividad, subrayando el papel de la Virgen como intercesora y protectora de los fieles.
La noche continuó con la celebración eucarística, en la que los fieles participaron activamente, cantando y respondiendo a las oraciones con profundo recogimiento. El Padre Veloz, con gran solemnidad, bendijo los escapularios antes de colocarlos sobre los hombros de los devotos que habían preparado sus corazones para este acto de fe. Este rito, cargado de significado espiritual, simboliza la protección y el amparo de la Virgen sobre quienes portan el escapulario con devoción.
Al concluir la misa, el Padre Veloz agradeció a todos los presentes por su participación y fe, invitándolos a continuar viviendo bajo el manto protector de Nuestra Señora del Carmen. La comunidad de Echeandía, unida en la fe, se retiró con el corazón lleno de esperanza y gratitud, llevando consigo la bendición de una noche inolvidable dedicada a la Madre de Dios.
Caminando juntos, para hacer de nuestra diócesis, un signo de la presencia de Dios.
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